Paul Simon reunió a
750.000 personas en su concierto
en el Central Park de Nueva York

 

Por Albert Montagut


La mejor demostración de que el concierto de Simon fue un canto alegórico a la paz y a la unión de los pueblos no solo se demostró en el escenario, donde actuaron músicos de Brasil, Botswana, Estados Unidos, Camerún y Suráfrica. Las medidas de seguridad funcionaron a la perfección, el publico se comporto y la policía solo efectúo cuatro detenciones. Todo un récord.
El concierto supero en un cuarto de millón el numero de espectadores que Simon & Garfunkel atrajeron al Central Park en 1981. El recital del jueves, musicalmente hablando, demostró con claridad la evolución de este músico judío neoyorquino que ha encontrado en la música afro-latina la inspiración para continuar desarrollando su talento.

ETIQUETAS
Simon, que cumplirá 50 años en octubre, llevó a cabo uno de sus mejores recitales e intento en todo momento despegarse de las etiquetas de aquel Simon que encariño a medio mundo con El sonido del silencio, Puentes sobre aguas turbulentas, Mrs. Robinson, The Boxer y otros tantos títulos considerados como piezas ya clásicas de este siglo.
No es de extrañar que Simon no invitara en esta ocasión a su amigo Garefunkel. Simon quería demostrar que la etapa de los sesenta quedo ya olvidada y que el tiempo. Su error quizá fue tratar de enterrar aquella leyenda. Sus canciones mas celebradas y en las que encontró una mayor respuesta fueron precisamente las que popularizo junto a Garfunkel, al que el publico no ha olvidado.
Las nuevas piezas creadas por Simon, las que aparecen en sus dos últimos albumes -Graceland y The Rhythm of the Saints-, marcaron el ritmo recital. La aparición del actor cómico Chevy Chase durante la interpretación de la canción You Can Call Me Al dio la nota de comicidad al concierto, al repetir en vivo las imágenes del vídeo musical de la canción, uno de los mas populares de la década de los ochenta y en la que Chevy Chase tiene un papel protagonista.
El recital fue retransmitido en directo por el canal de cable Home Box Office (HBO) y se cifra en 15 millones el numero de norteamericanos que lo vieron en directo desde sus hogares. El despliegue técnico fue increíble: 14 cámaras de televisión, centenares de técnicos, 500 policías, dos helicópteros y 750.000 fans que llenaron el Great Lawn de Central Park, escenario de conciertos veraniegos históricos, como los de Barbra Straisand en 1967 o Diana Ross en 1983. El alcalde David Dinkins, como ya hizo en 1981 Edward Koch con Simon & Garfunkel, fue quien presento a Simon.
El cantante ha entregado 400.000 dolares (unos 43 millones de pesetas) a la ciudad de Nueva York para cubrir los gastos del recital, que era gratuito. Uno de los momentos mas memorables se produjo cuando el cantante descubrió que 30 años después de haber creado El sonido del silencio la marabunta de jóvenes que se encontraban en el Central Park, muchísimo mas jóvenes que el, coreaban la letra de la canción lentamente, sin seguir el ritmo del arreglo brasileiro que el cantante había introducido en el original.


¿Dónde estás, compañero?
Art Garfunkel, el amigo y socio inseparable de Paul Simon durante la legendaria etapa de los años sesenta y coautor de muchos de los éxitos del grupo Simon & Garfunkel, no estuvo el jueves en el Central Park. Ni tan siquiera estaba en Nueva York. Garfunkel se fue de la ciudad para no ver a los neoyorquinos entrando en el parque desde su lujosos apartamento de la Quinta Avenida. El cantante trató hasta el ultimo momento de que Simon le invitara a compartir el escenario, pero su amigo ni tan siquiera se lo insinúo.
El concierto del jueves ha servido para que la verdad de Simon & Garfunkel salga a la superficie. Los dos amigos de la infancia que se hicieron populares en el mundo entero tenían un problema de celos, a pesar de que ambos aun reconozcan públicamente su admiración y cariño mutuos.
Pese a su amistad, que al parecer continua siendo férrea, Paul Simon ha sentido siempre una cierta envidia de su colega. Garfunkel se ha quejado de que, con el paso de los años, Simon haya conseguido que algunas de las canciones que ambos escribieron se las atribuyan sólo a él.
Garfunkel es un hombre muy rico gracia a los derechos de autor y continua interesado por la música. Ahora esta preparando un nuevo álbum, y el pasado lunes, sin ir mas lejos, grabo una canción para un nuevo programa de televisión. Sin embargo, lo que mas le inquieta es, según reconoce, “la idea de la mortalidad”.
A punto de cumplir 50 años, Garfunkel explica que por primera vez piensa que lo más importante es “vivir”, y de ahí que últimamente se haya dedicado a recorrer este país Estado por Estado con su hijo James, de ocho meses de edad, y su esposa, la actriz Kathryn Cermak.



17 de Agosto de 1991
El País
Página Principal