Un Americano en Bahía

 

Por Carlos Galilea


El nuevo disco de Paul Simon confirma los rumores de los últimos meses que señalaban su interés por los ritmos brasileños. Pese a la discreción con que el artista neoyorquino se desplazó a Río de Janeiro y Bahía, no logró pasar desapercibido. A Gilberto Gil le parece más generosa una postura como la de David Byrne, que se quedó dos meses en Bahía y charlaba con la gente. "Lo que hace Paul Simon es un poco más distante. suelo decir que se asemeja a un safari cultural". Simon no concedió entrevistas y sólo abandonaba el hotel para las sesiones de grabación.La primera de ellas la realizó con el cuarteto instrumental Uaktí, que ya dejó su huella sonora en el último disco de Manhattan, Transfer. La mayoría de sus instrumentos (trilobita, planetario, chori smetano ... ) son ideados y diseñados por su líder a partir de los más diversos materiales. Fue Milton Nascimento el primero en apoyarles -con ellos vino a España cuando actuó con María del Mar Bonet- y Milton es otro de los invitados de Paul- Simon, aunque no es ésta la primera ocasión enla que el estadounidense y el brasileño unen sus voces en una canción. La lista de percusionistas brasileños en el disco resulta apabullante. Ahí están Mingo Araújo, Sidinho, Wilson das Neves, Pedro Sorongo, Chacal o Naná Vasconcelos. Este último suele vencer por fuera de combate en el referéndum anual de la revista norteamericana Down Beat. También figura en los títulos de crédito el nombre de Rafael Rabello, un joven guitarrista de excepcionales cualidades que logró sorprender al mísmísimo Paco de Lucía.

Más llamativa es la presencia de Olodum. Como antes Byrne, Paul Simon ha descubierto también la existencia de los blocos de Bahía, unas agrupaciones de carácter cultural nacidas en los barrios más negros de la antigua capital de Brasil y cuyas formaciones de percusionistas inundan con los sonidos hipnóticos de sus tambores las callejuelas de la ciudad de Todos los Santos. Allí, en su histórico casco urbano, en la plaza del Pelourinho donde eran azotados públicamente los esclavos rebeldes, se rodó el videoclip de The obvilous child.



19 de Septiembre de 1990
El País

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