Paul Simon renace como
cantautor electro-pop
de la mano de Brian Eno

 

Por Gonzalo Suárez


Londres- Casi medio siglo después de sus primeros escarceos musicales, Paul Simon sigue con ganas de experimentar. El antiguo compañero de correrías de Art Garfunkel ha decidido reinventarse como cantautor electro-pop. Para guiarle por la jungla digital, el cantante estadounidense recurrió al mismísimo padre del «ambient», Brian Eno, que salpicó de chisporroteos electrónicos sus nuevas composiciones. El resultado de esta inesperada colaboración es «Surprise», un disco en el que el olfato melódico de Simon adquiere una nueva dimensión: ¿Alguien se habría imaginado que el autor de «Mrs Robinson» acabaría cantando sobre los arrolladores redobles de un ritmo «drum'n'bass»?

Aunque la combinación de las familiares melodías del cantautor con los ramalazos vanguardistas de Eno parecía condenada al fracaso, ambos no tardaron en hallar una satisfactoria fórmula de trabajo. «Le puse unas canciones mías, él comenzó a tocar sobre el CD y la combinación resultaba muy hermosa, ambos lo vimos al instante», ha asegurado el cantante. A partir de entonces, ambos hicieron hueco en sus apretadas agendas para seguir colaborando en «Surprise», en cuyos créditos aparece Eno como autor del «paisaje sónico» de las canciones. «Su aportación ha refrescado mucho mi música», aseguró Simon a «The Independent». «Su sonido encaja a la perfección con mis canciones y las lleva a un lugar completamente distinto».

Del amor al 11-S. Tras recaudar millones de dólares durante la gira de reunión de Simon & Garfunkel en 2004, el cantante disfruta de absoluta libertad para seguir sus instintos musicales sin preocuparse por la progresiva erosión de su base de «fans», que se contaba por decenas de millones en los años setenta. El autor de «Graceland» combina en su nuevo disco letras de todo tipo, desde un poema de amor a su hija («Father and Daughter») hasta reflexiones sobre el paso del tiempo y la llegada de la madurez («Outrageous»), escrita desde la perspectiva de alguien que sigue sobre los escenarios superada la edad de jubilación.

Pero quizá el tema más apasionado del disco sea «Wartime Prayers», en el que ahonda en la herida abierta por el 11-S y la «guerra contra el terror». «Gentes que añoran la voz de Dios acaban escuchando a lunáticos y mentirosos», canta Simon. «Oraciones de guerra en todos los lenguajes del mundo, por todas las familias rotas y desperdigadas».

Precisamente esta canción cerró el concierto de presentación del disco que se celebró el jueves en el Bloomsbury Theatre de Londres, donde fue recibido en pie por medio millar de fervientes «fans». Vestido con unos sencillos vaqueros y una camiseta negra, el cantante demostró que las canciones de su nuevo disco también funcionan sobre las tablas sin el andamiaje electrónico de Eno, famoso por sus producciones para U2, David Bowie o Talking Heads. Acompañado por una sólida banda de seis músicos, abordó temas nuevos, pero los mayores aplausos fueron para sus grandes clásicos, como la celebérrima «The Boxer» y «Cecilia», que dejaron a los espectadores puestos en pie.



28 de Mayo de 2006
La Razón
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