El Genio de Manhattan

por Julián Ruiz

 

¿Está viejo Paul Simon? Bien, sí, creo que sí. Tiene 59 años, pero como dijo Mick Jagger, "el talento no se hace viejo". Un genio está acabado cuando se muere. Nunca antes.

Trata de que su aspecto sea lo más juvenil posible. Tiene una mujer joven, la cantante Edie Brickell. Y tres hijos pequeños. Pero tiene una mente muy bien amueblada cerebralmente. Siempre tapada con una gorra de béisbol.
Nos recibe en una suite del hotel George V de París, el favorito de David Bowie durante tanto tiempo. ¿Español? "No, no hablo, por favor".
Se sienta en un sofá y responde a las preguntas lentamente. Acompaña las frases con gestos de "olas" en la expresión de sus manos.

París es el final de la gira europea. ¿Qué sentimientos te quedan?
Ha sido algo muy diferente de la gira que hice este verano con Bob Dylan, en grandes estadios. Aquí, en Europa, ha sido en lugares no tan grandes. He sentido mejor el contacto del público. He disfrutado.

¿Qué te ha parecido trabajar con Dylan?
La idea no fue mía. Fue del promotor. Me lo he pasado bien con Dylan.

¿Te había gustado su versión de "The Boxer" en Selfportrait?
Sí, siempre me gustó aquel álbum, en cierta manera tan extraño.

¿En qué momento de la gira se gestó este nuevo álbum, You´re The One?
Yo empecé a trabajar antes de iniciar la gira con Dylan. De hecho teníamos cinco o seis canciones grabadas, ya en estudio, antes de empezar. Luego, más tarde, lo terminé. Pero ha sido un álbum muy rápido, muy fresco.

¿En el sentido de la creación?
Sí, desde luego. Primero empezaba la música. Siempre me había imaginado este álbum como un trabajo con la banda soñada. Después de la experiencia surafricana con Graceland, los ritmos de Rhythm Of The Saints y demás, pensé en crear canciones simples con una banda imaginaria. Pero fue muy sencillo componerlo. No tardaba casi nada. Muchas de las letras me salían en un sólo día, como máximo dos.

¿Te afectó mucho el fracaso de The Capeman?
Menos de lo que la gente se cree. ¿Dónde está el error? Se trataba de una buena historia, unas buenas canciones, buenas interpretaciones, con Rubén Blades y hasta Marc Anthony, que poco después se convertía en uno de los héroes del "boom" latino. Pero, ¿qué fue lo que pasó? No rodamos la obra fuera de Broadway. Y para algunos críticos eso fue un chollo para poner en solfa una obra que venía precedida de mi fama. Pero en fín, es un trabajo del que estoy orgulloso.

¿Y qué es lo que piensas del otro "boom", del “teenager power”?
De eso nada. Del "corporate" power, de las compañías, del marketing. No hay nada dentro. Es como un regalo para los niños. Lo abren y quieren otro. Eso es así.

¿Ha cambiado tu vida mucho con una familia tan joven?
Pues, debo tocar madera. Es una familia musical. El padre es músico, canta. La madre también. Por lo tanto, los niños también. Vivo en Nueva York, en Manhattan, y debo tocar madera, porque me considero una persona afortunada.

¿Te atreverías a dar una relación de tus canciones favoritas?
No, no puedo.

Inténtalo.
No, no puedo... Podría citar "Bridge Over Trouble Water", "Sound Of Silence". Quizá también "Old Friends". También "Me And Julio Down By The Schoolyard". Pero también en mí han crecido canciones como "The Late Great Johnny Ace", que es el cantante que primero me emocionó cuando era un niño. Es, es muy difícil.

Este es un típico extracto de la entrevista. Una hora de conversación da para más. Y mucho más si estamos delante de un genio.



2 de Noviembre del 2000
Suplemento Tiramillas de Marca / Plásticos y Decibelios

 

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